Existen también arraigadas creencias tradicionales sobre lo que influye en la voz, por ejemplo las bebidas frías; sin embargo, el frío no afecta a la voz, a no ser que exista una lesión en la laringe.
Para prevenir problemas es necesario conocer los factores de riesgo para la voz. El mal uso vocal produce traumatismos y lesiones; los conflictos emocionales y afectivos producen rigidez y mayor facilidad para que se originen problemas de voz. Factores constitucionales como las anomalías en el tracto vocal o cambios en él o en el organismo, pueden predisponer a una modificación de la voz, y una deficiente lubrificación de las cuerdas vocales afectará con seguridad a la calidad de ésta.
Eliminar cualquier factor de riesgo requiere esfuerzo, disciplina y constancia, pero siempre nos veremos recompensados porque la voz funcionará mejor y, sobre todo, nos dará menos problemas.
¿Qué hay que hacer? Ejercicio físico diario o habitual. Una buena idea es bailar diez minutos todos los días, con lo cual se consigue elasticidad general, se descansa el cuerpo y la mente, se liberan preocupaciones, tensiones y el estrés. Vivir distendido, relajado, en estado de bienestar, disfrutando de la vida y tomar una alimentación equilibrada, que aporte energía, que favorezca la digestión y el tránsito intestinal y que evite el reflujo. Hablar con melodía, con movimiento y juego vocal, haciendo pequeñas pausas.
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