Quien consigue llegar hasta allá arriba, sobre esas montañas intransitables y altísimas, a menudo cubiertas de niebla, queda fascinado y sorprendido, hasta puede que desconcertado. Estamos hablando de Bolívar, una pequeña localidad de unos 2.500 habitantes en medio de los Andes peruanos, en el extremo nororiental de una región llamada La Libertad.
A este lugar llegó durante la noche hace seis años Walter Cerchiaro, un italiano actualmente residente en Lima, tras un viaje de treinta y una horas en un autobús de línea repleto de gente y sacos de arroz. A la mañana siguiente, al despertarse, se encontró ante un panorama tan espectacular que daba vértigo.