El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. La situación que viven las mujeres en Afganistán demuestra que aún queda mucho por hacer.
Cuesta describir con palabras la crudeza de la vida de las mujeres afganas. Su historia habla de matrimonios forzosos, embarazos prematuros, analfabetismo, violencia, sumisión y desesperación. Una desesperación que les lleva incluso a quemarse a lo bonzo. Es el caso de Fátima, cuyas quemaduras de tercer grado en el 72% de su cuerpo la dejaron agonizando un mes. Se quemó en protesta por el trato que le dispensaba su suegra, dejando tres hijos pequeños.
Esta es una de las duras historias que recoge el libro y la exposición itinerante Mujeres. Afganistán del fotoperiodista Gervasio Sánchez y Mónica Bernabé, la única periodista española que vive allí permanentemente. Mónica, además, es fundadora de la Asociación para los Derechos Humanos en Afganistán (ASDHA), que coordina este proyecto y que desarrolla otros de salud, educación y apoyo a las mujeres afganas in situ.
El trabajo comenzó en el 2009 gracias al Ayuntamiento de Barcelona y ha durado seis años. El proyecto recoge 200 historias de mujeres, niñas y adultas. Se ha fraguado entre la capital Kabul, Herat, Mazar-e-Sharif al noroeste y Kandahar, al sur.
Dificultades no les han faltado, empezando porque fotografiar a una mujer se considera una ofensa; pero es que, además, no salen burkas: «Queríamos desmontar esa visión superficial y exótica de que el problema de la mujer es que lleva burka», afirma Gervasio. En algunos casos, han tenido que esperar hasta tres años para fotografiar a una niña de 12 años casada con un hombre de 50 o para poder hacer fotos dentro del correccional de Herat.