Grecia, un país europeo en situación de emergencia humanitaria. Hay que salir juntos de la crisis y de la incógnita del fracaso.
La penosa situación en que se encuentra Grecia queda evidenciada por datos como los del paro –más del 25% de tasa general y más de un 50% de paro juvenil– o las serias deficiencias en ámbitos como la sanidad pública, educación y pensiones, resultado de los profundos recortes sufridos en esas y otras áreas. Sin duda son estos los motivos que a finales de enero colocaron en el gobierno a Syriza, una coalición que aglutina a varios partidos de la izquierda radical liderada por Alexis Tsipras, que desde 2012 venía actuando como principal partido de la oposición en el parlamento griego. El programa económico de Syriza ha sido elaborado por Yanis Varufakis, un economista conocido internacionalmente que ha sido docente en universidades inglesas y últimamente en Estados Unidos. Una vez nombrado ministro de Finanzas, las propuestas que ha presentado ante distintos interlocutores institucionales, no solo europeos, echan sus raíces en textos como «Una modesta propuesta para salir de la crisis del euro», que escribió junto con James Galbraith, conocido estudioso hijo de John Galbraith, el que fuera gran consejero económico del presidente Kennedy. De ahí salen recetas como la conversión de la deuda y un programa de inversiones en el área mediterránea. Hablamos con el profesor Luigino Bruni, quien tiene relación directa con los círculos universitarios del país heleno. –Muchos economistas definen como imposible la agenda del gobierno de Tsipras. El informe de Cáritas de enero de 2015 señala que el país heleno está en situación de emergencia humanitaria y que la política de la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) ha fracasado. ¿Qué puede hacer el nuevo ejecutivo griego ante tantas presiones?