Comienza un año de reflexión tras la asamblea extraordinaria del sínodo sobre la familia.
La primera etapa del camino sinodal emprendido para realizar un nuevo anuncio del Evangelio de la familia en el contexto cultural del siglo XXI ha concluido. Y como ha dicho el Papa Francisco, habría sido extraño y triste que semejante empeño se hubiese saldado sin discusiones ardorosas, en algunos momentos dramáticas, sin movimientos pendulares que a veces producían mareo, sin vencer tantas tentaciones. Porque el desafío es formidable (…).
Y no hay que asustarse de que muchos comentaristas hayan supuesto que se libraba una especie de gran combate... Algunos, incluso con buena intención, han llegado a dudar del Espíritu Santo, «que a lo largo de la historia ha conducido siempre la barca, a través de sus ministros, incluso cuando el mar era contrario y agitado, y los ministros infieles y pecadores». Palabras duras y cortantes de Francisco, que sin embargo han actuado como medicina y han sembrado un amplio respiro en un aula en la que se sentía el peso de la historia.