Fidelidad y futuro
La tumba de la fundadora de los Focolares recibe visitas sin interrupción. En julio será elegida en asamblea la nueva presidenta.
Aprensión, interés, curiosidad... El estado de ánimo podía variar pero siempre suscitaba una misma pregunta: “¿Y ahora?”. Periodistas, exponentes del mundo eclesial y gente que sencillamente la conocía, nada más saber que había fallecido la fundadora de los Focolares, inmediatamente sentían la necesidad de entender cómo se iba a recoger la extraordinaria herencia de Chiara Lubich y cómo iba a seguir adelante el movimiento sin su carismática fundadora. La pregunta es más que legítima si pensamos en el patrimonio de doctrina, espiritualidad, pensamiento y obras que ha dejado. Y cuanto más rica es la personalidad del fundador, más ardua y compleja resulta la tarea de sus inmediatos sucesores una vez privados de un guía seguro.