Viaje a Estados Unidos
Benedicto XVI visitó Estados Unidos en abril. En el centro de su agenda, una intervención ante la Asamblea General de La ONU.
La actitud de los americanos ante la visita del papa Benedicto XVI muy bien podría haberse definido como inquietud esperanzada. Y luego, lo que vieron fue a alguien que escuchaba con compasión y quería entender a fondo los problemas y necesidades del pueblo americano: sobre la educación, sobre el miedo al terrorismo, la pobreza, los jóvenes, las familias, el materialismo, el relativismo... En todas estas cuestiones ha podido entrar el Papa porque se ha reunido con pequeños grupos, incluso con las víctimas del escándalo de la pederastia y los familiares de las víctimas del 11 de septiembre. “Los americanos se han dado cuenta de que no es uno que les habla desde arriba, sino que los trata como adultos, porque entiende que el hombre de hoy debe afrontar planteamientos vitales muy duros y no tiene respuestas simples ni fáciles”, ha dicho Mary Ann Glendon, embajadora de Estados Unidos ante el Vaticano y profesora del la Universidad de Harvard.