María Vicente, una joven murciana, trata de vivir y crear un mundo unido allí donde está.
Desde hace unos meses vivo en el barrio de Vistabella de Murcia. El ser nueva en el barrio me ha dado la posibilidad de empezar de cero a relacionarme con todos, sobre todo gracias al máster de interculturalidad que estoy haciendo. Para algunas asignaturas he tenido que hacer prácticas y he aprovechado para realizárselas a personas “nuevas”: desde mis vecinos del bloque, jóvenes y ancianos, hasta vecinos de los locales del barrio, como un señor argentino de un asadero de pollos quien tras la confianza creada, ¡me ha contratado para ayudarlo unas horas! O un nigeriano de un locutorio que se prestó a contestar a mis preguntas y, como no me entendía bien, me dedicó dos horas sin problema. Se lo agradecí llevándole unos dulces y ahora me trata como una amiga. También tuve que realizar varias “observaciones” en un bar; pasé buenos ratos allí... Y por último, he tenido la suerte de que me permitieran realizar unas entrevistas a dos personas gitanas. Más allá de los resultados obtenidos para el máster en sí, lo que más me ha gustado de estas actividades son las relaciones que he creado.