Durante el mes de mayo, del 5 al 11, jóvenes de todo el mundo desarrollaron actividades para celebrar la 17ª edición de la Semana del Mundo Unido (SMU) bajo el lema «Bridging cultures».
Durante el mes de mayo, del 5 al 11, jóvenes de todo el mundo (Japón, República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Burkina Faso, Nigeria, Argelia, Portugal, Brasil, Kenia, India, Estados Unidos, Francia, Filipinas, Madagascar, Italia…) desarrollaron actividades para celebrar la 17ª edición de la Semana del Mundo Unido (SMU) bajo el lema «Bridging cultures» (Tendiendo puentes entre culturas), que plantea de manera muy gráfica la necesidad de generar lazos entre las personas que conformamos el planeta, al igual que un puente une los dos lados de un valle.
La SMU es una iniciativa de los Jóvenes por un Mundo Unido que quiere poner de manifiesto la reciprocidad que debe existir entre las distintas culturas. El acto principal tuvo lugar en la ciudadela de los Focolares cerca de Nairobi (Kenia), porque el objetivo de este año era «Compartir con África». Se eligió el continente africano por la amplia variedad de culturas y desafíos que lo componen. Hablamos de un intercambio mutuo, que no se reduce a gente de países desarrollados que ayude económicamente a otros más pobres, sino que, interesándonos por las personas que viven allí, amándolas a ellas y a su cultura, adquirimos una dimensión mucho más amplia y enriquecedora. Así se pone en marcha la dinámica de tender puentes entre culturas.
El objetivo de construir un mundo unido va dirigido a cualquier persona de cualquier condición y creencia. En un mundo como en el que vivimos actualmente, en el que vemos enfrentamientos continuos entre países, peleas entre políticos, la búsqueda del individualismo, etc., parece imposible pensar en un lugar en el que todos estemos abiertos al diálogo y al amor mutuo y concreto con el hermano. Pero cuando realmente nos abrimos a la otra persona es cuando somos capaces de hacernos uno y sacar las tareas adelante. Como decía el papa san Juan Pablo II, «sólo aquellos que miran hacia el futuro son capaces de construir la historia».
En España, los Jóvenes por un Mundo Unido de Valencia han realizado una cena solidaria con el objetivo de recaudar fondos para una biblioteca que se quiere construir en Ambatondrazaka (Madagascar). Además, y también con motivo de la SMU, colocaron en el paseo marítimo un photocall por la alegría, cuyo título era «Like, Life, Love», y terminaron la semana con una serie de seminarios tratando de responder a la pregunta: «¿Qué hacer antes de rendirse?». Estas charlas estuvieron a cargo de profesionales de la Medicina, como José Luis Guinot, jefe clínico de Oncología Radioterápica del Instituto Valenciano de Oncología y vicepresidente de la asociación Viktor E. Frankl, y Cristina Pelacho, enfermera de la Unidad de Hospitalización Domiciliaria del Hospital La Fe.
La idea de fondo de todas estas actividades es transmitir que un mundo unido es una gran obra en construcción en la que todos los integrantes son igual de importantes y necesarios. Está claro que para que la Semana del Mundo Unido no se quede en el mes de mayo y pase a formar parte de un estilo de vida, debe estar fundamentada en el amor recíproco. Como ha dicho el papa Francisco en su primera encíclica, «la experiencia del amor nos dice que precisamente en el amor es posible tener una visión común, que amando aprendemos a ver la realidad con los ojos del otro, y que eso no nos empobrece, sino que enriquece nuestra mirada».