La historia de un farmacéutico de Córdoba entretejida de experiencias a contracorriente.
En el año 2003 compré la farmacia «El globo» con otro socio. El trato que cada uno daba a los auxiliares era muy distinto y la situación se fue haciendo cada vez más insostenible, llegando incluso a las amenazas... Al cabo de tres duros años tuve que buscar un abogado y llegamos a la solución de subastar la oficina de farmacia. Mi situación económica era infinitamente más débil que la suya, pero los auxiliares me ofrecieron hipotecar sus viviendas para que me quedase yo con la farmacia.
Gracias a ellos gané la subasta y como compensación por su generosidad, decidí repartir parte de los beneficios una vez pagados los gastos y ponerlos a cotizar al máximo cuando cumplan los 50 años. Esta experiencia ha marcado un antes y un después en el desarrollo de la farmacia, pasando a vender más del doble en cuatro años. Parte de estos beneficios, los compartimos con personas necesitadas a través del proyecto por una Economía de Comunión.