Dados los tiempos que corren, son muchas las personas que conozco que no tienen trabajo y, como tantos otros, siento a menudo la impotencia de no poder hacer nada para remediar su situación...
Dados los tiempos que corren, son muchas las personas que conozco que no tienen trabajo y, como tantos otros, siento a menudo la impotencia de no poder hacer nada para remediar su situación.
Hace 9 años conocí a Josephine, una nigeriana, madre de un niño precioso, que entonces tenía 3 meses. La intensidad de una situación que vivimos juntas aquellos primeros días nos unió fuertemente y aunque no nos habíamos visto en los últimos años, nunca habíamos perdido el contacto. Ahora volvía a tenerla cerca. Se había quedado sin trabajo y necesitaba uno urgentemente para sacar adelante a su hijo. Nos pusimos manos a la obra para buscarlo; no sólo yo, sino muchas de mis amigas.