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Alimentación: Judías

Pepe Cascos


Ingerir ciertos alimentos regularmente puede ayudarnos a mantenernos en forma e incluso prevenir algunas enfermedades, ya que nuestra salud depende mucho de la alimentación. Hay alimentos que favorecen la aparición de desequilibrios tales como el colesterol alto o la hipertensión, mientras que otros nos protegen de las enfermedades cardiovasculares o los tumores. O sea, que conviene saber elegir qué comidas servir en la mesa. Entre los alimentos que la ciencia ha revalorizando en los últimos años están las legumbres, y en especial las judías, porque tienen muy buenas propiedades. Casi todas las variedades de judías que hoy conocemos proceden de América central. Junto con el maíz, era la alimentación básica de los pueblos precolombinos. En el siglo XVI las trajo Colón en uno de sus viajes y se difundieron por toda Europa. Pero hay algunas variedades originarias de África que ya consumían los romanos. Las judías contienen tanto hierro como las espinacas y el doble de proteínas que los cereales; además son muy ricas en carbohidratos, especialmente almidón, en sales minerales (calcio, fósforo, magnesio, etc.) y en vitaminas; y son pobres en grasas. Las proteínas de las judías, sin embargo, no contienen todos los aminoácidos necesarios para alimentarnos, pero se pueden complementar perfectamente con los de los cereales. De hecho, un plato muy aconsejable es la combinación de pasta con judías. Un estudio realizado en Estados Unidos sobre casi diez mil personas durante veinte años, que fue presentado en la IX conferencia sobre alimentación de la FAO, demostró que el consumo de legumbres varias veces a la semana había reducido la incidencia del infarto en un 20%. Por otra parte, el consumo de legumbres regula el funcionamiento del colon y es una buena dieta para prevenir enfermedades intestinales. Algunas investigaciones señalan que las judías están indicadas para quien tiene problemas de glicemia alta e incluso el consumo diario en los diabéticos podría reducir su necesidad de insulina. Todos los oncólogos están de acuerdo en que un escaso consumo de fibra nos expone al riesgo de tumores intestinales, y las judías son de las más ricas en fibra. La fibra de los alimentos disminuye la absorción de grasas e impide una acción prolongada de posibles sustancias mutágenas en el intestino. Para disminuir la flatulencia propia de las legumbres y facilitar su digestión, hay quien aconseja prepararlas con hierbas aromáticas (romero, salvia, ajedrea, etc.).



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