Nelson Mandela, líder carismático, símbolo de la reconciliación en África y ejemplo para el mundo... ¿Puede aportar algo a la sociedad del s. XXI y, en especial, a los jóvenes?
Vivimos inmersos en una cultura que incita a «disfrutar del momento» (carpe diem) sin preocuparse por el futuro, sin metas ni objetivos, y por eso necesitamos más que nunca modelos de lucha. Ejemplos que transmitan que la esperanza, el valor y la motivación por construir un mundo mejor valen una vida, sobre todo, en tiempos de gran dificultad colectiva. Nelson Mandela es una de esas personas. El primer presidente negro de Sudáfrica y hombre clave para el fin del régimen racista del apartheid, política por la que lo encarcelaron y picó piedra cada mañana durante 27 años, encadenado. Sus pulmones y vista sufrieron daños irreversibles. No obstante, tras ser liberado, su mensaje fue de reconciliación y unidad como única vía para reconstruir Sudáfrica. Con él se ha ido una de las figuras claves del pasado siglo, Premio Nobel de la Paz en 1993, un testimonio de lucha en contra de un injusto sistema de supremacía blanca. ¿Pero cuál fue el secreto de su lucha pacífica? La etimología de la palabra motivación lo ilustra: sinónimo de sentido, guía, creencia en algo. Viene definida por metas lejanas y no inmediatas. Así, no es difícil descubrir cómo Mandela exhibió siempre unos principios inflexibles y una visión estratégica en favor de la abolición del apartheid. Todo joven tiene el profundo deseo de vivir por un gran ideal. Es más, una vida plena exige percibir con claridad las prioridades y después, perseguirlas con integridad. De igual modo, a Mandela le impulsaba una única convicción heroica: «He luchado contra la dominación de los blancos y he luchado contra la dominación de los negros. He anhelado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que todas las personas vivan juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir y que espero lograr. Pero si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir».