A punto de cumplir veinte años, Cauces tiene como finalidad principal las personas en condiciones de marginación.
Prevenir, acompañar y promover a las personas marginadas o en riesgo de serlo es la finalidad de la Fundación Cauces. En su larga experiencia, la marginación puede afectar a niños, jóvenes, ancianos, mujeres, disminuidos físicos y psíquicos, presos y exreclusos, drogodependientes, inmigrantes y refugiados. Un amplio abanico. Su primer proyecto se relacionaba con el ámbito carcelario. Se trataba de un piso de estancias breves en el que los expresidiarios podían pasar hasta tres meses para estabilizar su situación con un mínimo de garantías. Con el tiempo habilitaron varios pisos de reinserción para drogodependientes, donde se ofrecía acompañamiento psico-social y atención socio-sanitaria. Hoy la fundación atiende a jóvenes con problemas de integración social. Y atiende también a cuidadores de ancianos o enfermos, por su sobrecarga física, emocional o psicológica. La Fundación Cauces, por decirlo brevemente, entiende que todas las personas son iguales y deben tener los mismos derechos y oportunidades en la vida a fin de poder desarrollar sus capacidades. De ahí el interés de la fundación en ayudar a superar las circunstancias adversas que pueden bloquear el desarrollo de la persona. Hablamos con Pedro Pablo Herráiz, uno de los fundadores y actual presidente de la fundación, quien nos permite bucear en su historia y experiencia.