Eva Pérez, burgalesa de veinte años, es una de las nuevas incorporaciones al musical.
Al principio, cuando me invitaron a participar, tuve mis dudas. No conocía a Chiara Luce y pensaba que no era “digna” de hacer algo que la gente sentía de verdad cuando yo lo iba a hacer sólo por bailar, pero Mar, una de las jóvenes del musical, me dijo que no me preocupara, que encontraría “mi motivo”. No se equivocó. Comenzaron los ensayos y todo era nuevo para mí. Desde el primer momento la acogida fue increíble y... ¡cómo terminé el primer fin de semana! ¡Tenía la sensación de conocerles a todos desde hacía años! Los ensayos fueron pasando y empecé a notar esos «chutes de energía positiva» de los que Sergio, mi novio y miembro de los Focolares desde pequeño, me hablaba al volver de sus encuentros. Y es que después de los campos de trabajo en los que preparábamos el musical, volvía a Soria, donde estudio, con muchas más fuerzas y más feliz de lo que me había ido. Además, poco a poco he ido conociendo a Chiara Luce, el Movimiento de los Focolares y a los compañeros con los que he ensayado. Ellos fueron el primer motivo que encontré para estar allí. Nunca, y no exagero, había conocido a nadie tan dispuesto a dar, poniendo al otro siempre por delante. El segundo motivo fue Chiara Luce: cuanto más la conocía, más me gustaba. ¿Cómo no iba a querer transmitir su forma de ver la vida? El fin de semana del musical oí a muchas personas decir: «Esto es algo muy grande; no nos lo podemos quedar para nosotros», y no puedo estar más de acuerdo. Podría decir sin miedo a equivocarme que ha sido una de las mejores experiencias de mi vida y que me ha llevado al mejor final que podría tener: encontrar a Dios. El domingo, ya en Soria, me di cuenta de lo grande que es el efecto de Dios en las personas. He sido capaz de sentir que Dios se me presenta en cada uno, y eso me ha dado una felicidad que va creciendo en mi interior tras vivir la gran experiencia LIFE, LOVE, LIGHT.