Hasta el 18 de mayo - Museo Thyssen
Paseo del Prado, 8 - Madrid
El Museo Thyssen nos tiene acostumbrados a exposiciones dedicadas a figuras fundamentales de la historia del arte. En esta ocasión se trata de la primera retrospectiva en treinta años dedicada a quien es considerado el padre del arte moderno, Paul Cézanne. En la muestra vemos obras procedentes de museos y colecciones privadas de todo el mundo, que se exponen junto a otras de Pissarro, Gauguin, Bernard, Derain, Braque, Dufy y Lhote. A través de los diversos apartados de la exposición –Retrato de un desconocido, La curva del camino, Desnudos y árboles, El fantasma de la Sainte-Victoire y Juego de construcciones–, se explora la relación entre los dos géneros a los que el pintor se dedicó con entusiasmo: los paisajes y las naturalezas muertas. Cézanne, al igual que los pintores impresionistas, pinta sus paisajes al aire libre, pero los motivos que representa no son impresiones que cambian según la estación o el tiempo, sino que aparecen ordenados por el pintor como si se tratara de una puesta en escena. Lo mismo sucede con los bodegones, que en un juego de influencias reciprocas con las pinturas de paisajes, incorporan cambios que nos recuerdan los elementos propios de la naturaleza. De ahí el subtítulo de la exposición: «Cezanne. Site/Non Site», tomado del artista Robert Smithson, que alude a la relación entre exterior (pintura al aire libre) e interior (trabajo en el estudio). Paul Cézanne (1839-1906) nació en Aix-en-Provence en una familia acomodada, y siguiendo los deseos de su padre empezó a estudiar Derecho, pero pronto se trasladó a París y se dedicó a su verdadera vocación, la pintura. Allí conoció a Pissarro, a quien consideraba su maestro, y a los impresionistas, con los que expuso en 1874 y 1877. También envió anualmente sus cuadros al Salón Oficial y siempre se los rechazaron. La crítica lo consideraba como el artista más torpe y excéntrico del grupo. Decían de su pintura que era «brutal, tosca, infantil, primitiva», términos que después se convertirían en elogios por la originalidad de su obra.