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Cómo prevenir las caídas

Ángel Toral

A medida que avanza la edad son más frecuentes las caídas, y será muy importante intentar prevenirlas antes de que causen complicaciones importantes...
A medida que avanza la edad son más frecuentes las caídas, y será muy importante intentar prevenirlas antes de que causen complicaciones importantes, como ciertas fracturas que pueden llegar a crear dependencia si no se consiguen rehabilitar. Las causas de las caídas son muy variadas, y convendrá que sean valoradas por el médico. Pero también hay que ser conscientes de que con la edad se pierde agilidad, y de que se pueden evitar muchas caídas cuidando el cuerpo y adaptando el entorno mediante medidas sencillas: • Mejorar la iluminación de la casa y tener a mano los objetos cotidianos para evitar tropiezos. • Eliminar obstáculos en la vivienda: cables por el suelo, muebles por los pasillos, objetos tirados, alfombras, etc. • Adaptar el baño mediante colocación de asideros y suelos antideslizantes. • Evitar automedicarse (algunas mezclas de fármacos pueden producir sedación o bajada de tensión arterial, lo que propicia las caídas). • Revisión anual por oftalmólogo y otorrino, sobre todo si hay déficit de visión o vértigos que faciliten caerse. • No usar chanclas, cuidarse mucho los pies y usar calzado cerrado y seguro. • Aumentar el ejercicio físico: gimnasia, natación, etc. Al menos dar un paseo diariamente. • Para fortalecer los huesos, conviene aumentar los alimentos ricos en calcio: lácteos, espinacas, sardinas en aceite, etc. También es muy importante aprender a levantarse del suelo en caso de caerse, sobre todo si habitualmente pasamos mucho tiempo solos en casa, pues permanecer horas en el suelo puede ser fuente de complicaciones importantes como hipotermia, infecciones, deshidratación, etc. Lo más recomendable es entrenarse: no basta con saberse la teoría, hay que practicarlo para ser capaz de hacerlo con soltura a pesar del dolor o nerviosismo tras la caída. Por ello es conveniente practicar repetidamente estos 4 pasos: 1 Tumbarse en el suelo y después darse la vuelta, rodando sobre sí mismo, hasta quedar boca abajo. 2 Colocarse “a cuatro patas”, apoyándose firmemente en el suelo con las manos. 3 Avanzar a gatas hacia un objeto seguro en el que poder apoyarse firmemente (sofá, etc.), e intentar incorporarse plantando un pie en el suelo. 4 Ponerse de pie despacio y sin soltar el objeto seguro hasta comprobar que no se está mareado ni se cojea (en esos casos es mejor sentarse y esperar ayuda… y como el teléfono puede quedar lejos, la mejor manera de avisar es a través de sistemas de telealarma, que tienen un botón inalámbrico de llamada en un collar o pulsera). No hay que dejarse invadir por el miedo en los días posteriores a una mala caída, pues si se reduce la actividad se pierde más agilidad aún. No hay que desanimarse, y conviene empezar la recuperación cuanto antes. Habrá que aumentar la prevención, pero no dejarse bloquear por el temor: hay que mantenerse activo y salir de casa todos los días. También aceptar ayuda si se precisa y aprovechar los recursos disponibles, como la telealarma, pero sin dejar por ello de ser exigente consigo mismo, para no perder capacidades. Las caídas no deben condicionar nuestra vida. Simplemente, hay que cuidarse más.



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