La vida da muchas vueltas, pero si uno tiene la brújula bien orientada, todo adquiere sentido y se llena de Vida.
Hace mucho tiempo que conozco a Paquita y Mariano, toda una vida que contar. Un día me acerco a su casa, en Granada, y conversamos un buen rato. Me parece tan estupendo lo que dicen que quiero compartirlo con los lectores de Ciudad Nueva, pues estoy convencido de que, si vivimos como ellos, las dificultades no desaparecerán, pero sabremos afrontarlas de otra manera, sin perder nunca la paz. –Hace ya casi cuarenta años que vivís en Granada, pero no sois de aquí. Motivos de trabajo y algo más. ¿Qué nos cuentas, Mariano? –Los dos somos de Murcia y allí nos casamos. Como no tenía trabajo estable, nos fuimos a Barcelona con mis padres. Había estudiado electrónica y encontré trabajo en un negocio del ramo. Mientras tanto nació nuestra primera hija. Al cabo de un año nos fuimos a Suiza y luego a Alemania, donde pude simultanear el trabajo con cursos de especialización. Tres años después volvimos a Barcelona, ya con dos hijos. Me contrataron para dirigir una fábrica de televisores y en poco tiempo conseguimos tener nuestra propia casa. Cuando nació la tercera hija, cerró la fábrica. ¡Otra vez a empezar de nuevo! –Ahí vuestra vida dio un giro, ¿verdad, Paquita?