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Un nuevo año para la fraternidad

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Comienza un nuevo año, que muchos contemplamos como una nueva oportunidad para mejorar en muchos aspectos...
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Comienza un nuevo año, que muchos contemplamos como una nueva oportunidad para mejorar en muchos aspectos, desde los personales, familiares y laborales a los sociales y económicos, en la esperanza de que por fin este año se empiece a crear empleo, muchos puedan tener una vivienda digna o que mejoren los tan recortados servicios sociales. Como los lectores observarán, Ciudad Nueva también inaugura el año con nuevo formato y nuevas secciones, en un intento de actualizar su presentación y esperando que sea del agrado de todos. Esta nueva imagen también se corresponde con el deseo de renovarnos en el compromiso por la fraternidad, por construir un mundo más solidario y justo, un mundo más unido, característica del estilo de vida que impulsa y quiere impregnar cada una de las páginas de nuestra revista. En el mensaje que dirige a «personas y pueblos» con ocasión de la Jornada Mundial de la Paz, que cada año se celebra el 1 de enero, el papa Francisco nos recuerda que «la fraternidad es una dimensión esencial del hombre, que es un ser relacional. La viva conciencia de este carácter relacional nos lleva a ver y tratar a cada persona como una verdadera hermana y un verdadero hermano; sin ella es imposible construir una sociedad justa, de una paz estable y duradera». La fraternidad siempre ha sido y es no sólo el objetivo de los Focolares, sino también su estilo de vida, la raíz de su compromiso por el bien común y de su esfuerzo por construir un mundo más unido para hacer de toda la humanidad una única familia. ¿Ingenuidad? Quizás lo sea para algunos, pero no para quienes han hecho de la fraternidad la piedra angular de una sociedad renovada y unida en el amor, y se sostienen recíprocamente en este camino no exento de tropiezos, reveses y obstáculos de todo tipo. Todos tenemos la misma dignidad, una dignidad que nos es dada por un Padre que ama el primero y que nos ama tanto que nos hace capaces de responder a ese amor. Probemos. Tratemos a cada persona sin hacer distinciones por su nacimiento, creencias, estatus social o posición económica. El nuevo año nos brinda una nueva oportunidad de amar a cada uno hasta que se genere en él la necesidad de responder a su vez con amor. Esto sí nos hace nuevos y hace nueva esta sociedad en la que vivimos. Esto sí que es una novedad inagotable.



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