Ésta es una pregunta que algunos padres habitualmente formulan a sus hijos
Ésta es una pregunta que algunos padres habitualmente formulan a sus hijos. Y la respuesta suele contener un montón de productos muy poco sanos que los niños ven en los anuncios de la televisión y que «están de moda», como zumos envasados, bollos rellenos de chocolate acompañados de un regalo, las natillas que anuncia un futbolista famoso, bebidas azucaradas que supuestamente les harán crecer más sanos y fuertes, ser más «guay» entre sus amigos, etc. En realidad, ya de entrada la pregunta no es adecuada, pues los niños no tienen conocimientos suficientes de lo que es sano y nutritivo; más bien, los padres deberían formularla dándoles a elegir entre dos o más opciones saludables. Por ejemplo: «¿Qué prefieres para merendar: bocadillo de jamón y queso o manzana, melón y yogur?». Lo que sucede es que muchos padres, al igual que sus hijos, también están influenciados por una publicidad que lanza a nuestros cerebros imágenes sugerentes, música, frases pegadizas, deseos de ser como el famoso que aparece en el anuncio, etc. Las marcas tratan de engatusarnos, hacernos creer que nuestros hijos estarán mejor alimentados con los productos que anuncian, como por ejemplo las leches «junior», que no son necesarias desde el punto de vista nutricional, pero al tener azúcares añadidos resultan más agradables a los niños, o las meriendas envasadas en paquetes que supuestamente aportan la energía que los niños necesitan. Un dato relevante es que los productos más anunciados en España son los lácteos, los cereales azucarados o con chocolate, la bollería y el cacao soluble; en cambio, los alimentos realmente necesarios, como frutas, verduras, legumbres, pan, huevos, pescado y carne no se publicitan y no vienen en «paquetes». La influencia de la publicidad en los niños es aún mayor que en los adultos, ya que aceptan como verdad lo que los adultos o la televisión les presentan; incluso mucho antes de saber leer, los niños ya reconocen los productos anunciados en la tele porque los identifican por el logotipo o el colorido. También prefieren un mismo alimento si va envasado con una marca conocida a si va sin etiquetar. Además, los niños se dejan cautivar por todo lo que sea espectáculo y tienden a imitar los modelos de conducta que ven.