Si estamos unidos, Jesús está entre nosotros. Y esto vale. Vale más que cualquier otro tesoro que pueda poseer nuestro corazón...
Si estamos unidos, Jesús está entre nosotros. Y esto vale. Vale más que cualquier otro tesoro que pueda poseer nuestro corazón: más que nuestra madre, nuestro padre, nuestros hermanos o nuestros hijos.
Vale más que nuestra casa, nuestro trabajo, nuestra propiedad; más que las obras de arte de una gran ciudad como Roma, más que nuestras ocupaciones, más que la natura-leza que nos rodea, con flores y prados, el mar y las estrellas; ¡más que nuestra alma!
Él, inspirando a sus santos con sus eternas verdades, hizo época en toda época.
También ésta es su hora: no de un santo, sino de Él mismo; de Él entre nosotros, de Él vivo en nosotros, que construimos –en unidad de amor– su Cuerpo místico.