Infancia en la indigencia Uno de cada siete niños nacidos en los países más pobres está sentenciado a morir antes de cumplir los cinco años, a razón de más de 250.000 al año. La mayor parte de los niños mueren por carencia de nutrición básica, lo que les debilita, reduce su peso y acentúa su vulnerabilidad a las enfermedades infecciosas y de todo tipo. En los países en desarrollo, la diarrea, las enfermedades respiratorias agudas, la malaria y el sarampión son culpables de gran parte de las muertes infantiles. Esto está ocurriendo, por increíble que parezca, en muchos países de Hispanoamérica y el Caribe. Por otra parte, según las Obras Misionales Pontificias, hay 14 millones de huérfanos en el mundo a causa del sida. 130 millones de niños en el mundo no van a la escuela, 180 millones padecen desnutrición, 250 millones sufren explotación laboral, cerca de 2 millones de niños son trajinados como objetos sexuales y un millón de menores caen en las redes del comercio sexual. En este tráfico sexual, la miseria marca el destino de muchas niñas en el Sudeste Asiático. Unas veces hay detrás grupos criminales; otras son las propias familias las que venden a sus descendientes para sobrevivir. Y también las mismas niñas se organizan y se prostituyen, creando sus propias redes.