Biotecnología
Una vez sintetizado en laboratorio un cromosoma, ¿empieza la creación de vida artificial? Esperanzas y problemas éticos de la medicina.
Cuando concluyó la investigación realizado por un un grupo veinticinco investigadores, que ha costado tres millones de dólares, el diario The Guardian anunció en el mes de octubre que el famoso genetista Craig Venter había creado un cromosoma sintético. La noticia fue desmentida por el mismo Venter, que sigue investigando en el ADN, pero por sí sola dirige nuestra atención hacia algo muy importante: hemos pasado de la etapa de “descripción” del código genético a la posibilidad de “escribir en él” introduciendo un cromosoma artificial. Es decir, si introducimos en una célula a la que se haya vaciado de su núcleo un cromosoma sintético, ¿éste ordenará cómo ha de proceder la vida, junto a los mínimos genes indispensables para las funciones vitales, y se trasmitirá a las células hijas?
Hace ya décadas que fueron sintetizados genes y ADN en laboratorio. La novedad es haber podido envolver el cromosoma sintético con proteínas que le permiten enviar mensajes para reproducir otras células. Según Venter, esta nueva técnica podría aplicarse tanto al medio ambiente como a los tumores. O sea, se podría crear microorganismos que destruyan el anhídrido carbónico causante del calentamiento de la atmósfera, y también se podría producir hidrógeno para usarlo como combustible, o carburantes, como el butano y el propano, a partir del azúcar. Y en el ámbito de la medicina, serían posibles unas bacterias capaces de producir insulina o unos anticuerpos para combatir tumores.
Al lado de estos hipotéticos beneficios también hay unos riesgos. Por ejemplo, ¿se podrían producir bacterias resistentes a los antibióticos y usarlas como armas biológicas, o bien toxinas sintéticas y virus del tipo aviar que ataquen al hombre en lugar de a los pollos? Por otra parte, ¿es lícito hablar de creación de vida artificial? No han faltado quienes, al conocer la noticia, se han acordado de Frankenstein o de la película Blade runner, productos de una cienciaficción que por lo general causa miedo por el desarrollo de la ciencia. Esa sombra aún se cierne sobre el actual debate en torno a la biotecnología, pero sinceramente, resulta anacrónica, igual que buena parte de la divulgación científica.
En el caso que nos ocupa, bastan unas nociones de histología para darse cuenta de que no es tan fácil producir una célula ex novo. Una célula, aunque sólo se puede ver con microscopio, es muy compleja, pues posee unas microestructuras esenciales para que pueda vivir y reproducirse. Por tanto, más difícil resultará sintetizar cromosomas tan complejos, como los de los animales superiores. Pensemos que el genoma humano está constituido por más de treinta mil genes. Además, habría que ver si un cromosoma sintético es capaz de reproducirse. Hoy por hoy, y durante muchos años aún, hablar de vida humana artificial sigue siendo un viejo tópico para vender periódicos, pero no información seria.