A los jóvenes a veces nos resulta difícil creer que Dios es amor. ¿Cómo se lo podría explicar a los chicos de mi edad?
G. C.
La dificultad de conocer a Dios y de creer en su amor no es sólo de los jóvenes, sino que le pasa a gente de todas las edades. Es más, los jóvenes suelen tener menos prejuicios con respecto a la vida espiritual y muchas veces saben ponerse en búsqueda sincera y entusiasta. Pero es verdad que muchos no llegan a entablar una relación personal con Dios y se conforman con un vago sentimiento religioso sustentado por una sensación de paz y sinceridad.
El hecho de que quieras explicárselo a la gente de tu edad me lleva a pensar que tú sí has descubierto el amor de Dios como Padre, y que esto es tan importante para ti que se lo quieres decir a los demás. Sin duda es lo mejor que puedes hacer y por eso conviene hacerlo del modo adecuado.
Ya habrás experimentado que en este campo sobran las explicaciones y las argumentaciones, pero no tu convicción. Aunque parezca que a tus amigos no les interese, será tu vida la que hable. De hecho, si tu fe en el amor de Dios te hace ser una persona serena y segura porque te sientes amado, fuerte y paciente, porque procuras responder amando concretamente, atento a ser un instrumento de ese amor que has recibido gratuitamente para que llegue a todo el mundo, entonces alguien te preguntará en algún momento por qué vives así. Y entonces, con delicadeza y respeto por el punto de vista que tenga el otro, le podrás contar tu descubrimiento, tu aventura de amistad con Dios y la alegría de saberte amado. Ahora si podrás invitarlo a unirse a ti en este maravilloso viaje.