En los tiempos que corren, montar una pequeña empresa propia es una solución a la que mucha gente acude para poder iniciar o recuperar su vida laboral.
. Estos emprendedores primero han de tener una idea que origine un proyecto de negocio. Luego concretan su planificación y capacitación resolviendo el quién, dónde y cómo lo van a desarrollar. Y sólo entonces se plantean una elección que ya no depende de su iniciativa empresarial, sino que debe basarse en motivos jurídicos que, a menudo, se salen de su ámbito de conocimiento. Tienen que elegir cuál de las formas jurídicas existentes es la más adecuada para la actividad de su negocio.
Evidentemente, si el único dueño de mi empresa sólo voy a ser yo, la primera opción es darme de alta como trabajador autónomo, siendo consciente de que respondo con todo mi patrimonio de las deudas que genere con esta actividad.
Los trámites no son complicados:
-Darse de alta en la declaración censal de la Agencia Tributaria y en el Impuesto de Actividades Económicas (modelo 036). Aunque haya que darse de alta, es verdad también que no tendremos que pagar este impuesto si la cifra neta de nuestro negocio no llega al millón de euros anual.