30 de diciembre
El calendario litúrgico señala cuál es el día indicado para celebrar la familia cristiana y, por qué no, para reivindicar más atención por parte de las autoridades.
Ya corrían los días de noviembre cuando algunos responsables del Camino Neocatecumenal contactaron y reunieron a responsables y representantes de diferentes movimientos y asociaciones eclesiales activos en España. Les apremiaba transmitir su preocupación por la familia. Ellos mismos, los neocatecumenales, habían sido promotores de una gran manifestación en favor de la familia en Roma, allá por el mes de mayo, y querían proponer algo similar aquí; por eso requerían el parecer de los convocados. Evidentemente, conociendo la situación de la familia hoy, todos estuvieron de acuerdo en promover el acto.
Una fecha apropiada: el 30 de diciembre, fiesta de la Sagrada Familia. En su alocución a la hora del ángelus, el Papa podría dirigir unas palabras a los participantes en la manifestación. ¡Pero quedaba tan poco tiempo para los preparativos!
Poquísimo tiempo, sí, pero todos los que estaban metidos en la organización del evento no dudaron en arremangarse. El objetivo de la jornada iba tomando forma: celebrar el día de la Sagrada Familia mediante una gran concentración, una gran fiesta. La iniciativa fue respaldada desde un principio por el cardenal de Madrid, que volcó toda la capacidad de su diócesis en organizar el acto. Después se fueron sumando otros cardenales y obispos. Todos hemos sido testigos del resultado... y de la polvareda que ha levantado en los medios de comunicación.
El día 30 amaneció espléndido. Aunque hacía frío, el sol parecía querer sumarse a la fiesta. Nos pusimos todos en camino hacia la Plaza de Colón, también nuestros hijos jóvenes y adolescentes, que quisieron participar en esta original convocatoria para «toda la familia».