Hervé Alústiza va camino de convertirse en una obligada cita navideña. Este polifacético artista navarro, que lo mismo escribe cuentos que hace ilustraciones para distintas cosas, entona sus canciones y hasta crea personajes televisivos, vuelve a sorprender con un nuevo cuento de perfume navideño. De nuevo en colaboración con la ilustradora Gema García Ingelmo y editado por PPC. Dice Alústiza que le gusta «poder seguir escribiendo cuentos de Navidad con el sentido cristiano».
En 2020 nos regaló el relato Y corrieron hacia Belén. Un viaje con los Magos de Oriente. En 2021 publicó Un ángel que va de ala… desde el cielo hasta Belén. En 2022 fue el turno de El niño que se convirtió en paje… aquella noche en Belén. Este año regresa a su cita navideña con La pastorcilla despistada… ¿llegará hasta belén?. Y en 2024 seguro que nos volverá a sorprender con un nuevo y entrañable personaje capaz de reavivar el «espíritu navideño» en su más genuino significado, sin alharacas ni bombillas de colores, porque el sentido de la Navidad se concentra en aquel niño que nació en Belén.
Al igual que los cuentos anteriores, La pastorcilla despistada, más que relato, es una secuencia de ilustraciones acompañadas de breves párrafos de texto, suficientes para narrar la aventura de la pastorcilla, cuyo objetivo no es otro que volver a poner en su justo lugar al protagonista de la Navidad. Probablemente Alústiza, como autor de literatura infantil que es, construye sus relatos pensando no solo en los potenciales niños-lectores, sino también en esos posibles adultos que, llevados por el «espíritu navideño», se animen a teatralizar el cuento ante sus hijos, sobrinos, nietos, alumnos, niños hospitalizados...
La pastorcilla despistada se presenta oficialmente y en todas partes como «un cuento navideño cuyo texto poético, iluminado por las hermosas ilustraciones de Gema García Ingelmo, nos introduce de la mano de una entrañable pastorcita despistada y su cerdo Perico en los días en que Dios nos visitó niño en Belén». Lo hace en clave humorística, con esa sencilla pastorcilla que, montada en su cerdito, logra dibujar una sonrisa en los labios del lector. Y también en clave de reto: ¿lograremos todos llegar a Belén?
