En septiembre de 2015 la Asamblea General de la ONU aprobó una ambiciosa resolución para propiciar un cambio en el mundo a través del desarrollo sostenible: 

«Un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad» que también tiene por objeto «fortalecer la paz universal dentro de un concepto más amplio de la libertad».

 

En la Agenda 2030 se programaron 17 objetivos con 169 metas que los Estados firmantes se comprometieron a cumplir en un plazo de 15 años. En 2020 será el primer control, y se debería haber conseguido asegurar la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua dulce, marinos y costeros para evitar efectos adversos importantes (pobre Mar Menor), aumentar el número de ciudades y asentamientos humanos que adoptan e implementan políticas y planes integrados para promover la inclusión, el uso eficiente de los recursos, la mitigación del cambio climático, entre otras muchas metas relacionadas con la cooperación internacional, la justicia, la promoción de la salud, el derecho a la educación, el acceso a la energía o el crecimiento económico.