Esta disminución de la resistencia ósea implica, por un lado, una menor masa esquelética, medida con valores arbitrarios mediante una densitometría ósea, y por otro, una alteración de la calidad del hueso, tanto en su macro como micro arquitectura, que aún no es factible evaluar de manera generalizada.
A menudo se confunden los conceptos. Por un lado está la osteoporosis densitométrica, que es la reducción de cantidad de masa ósea según los criterios de la OMS. Este valor no indica la existencia de una enfermedad sino la probabilidad de tener una fractura en los próximos diez años. De hecho, un 80% de las fracturas por fragilidad se producen en mujeres que no tienen osteoporosis densitométrica. Estos casos se suelen asociar a distintos factores de riesgo, la suma de los cuales aumenta la probabilidad de tener una fractura en los próximos años.
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