Esto es lo que nos han ido transmitiendo (eso sí, desaconsejándonos esas tremendas borracheras que es fácil presenciar en las fiestas veraniegas y en cualquier tipo de celebraciones). Ahora bien, tal creencia la puso en tela de juicio hace pocos meses la revista británica The Lancet Public Health, cuando publicó un estudio al respecto.
El estudio se basaba en el análisis de más de un millón de franceses, entre 2008 y 2013, con diagnóstico de demencia, y en dichos pacientes se pudo observar que el abuso de bebidas alcohólicas había sido un factor determinante que había incrementado el riesgo de padecer demencia. En un porcentaje muy elevado, el alcohol había influido en el desarrollo precoz de la dolencia, y no excluye que también afectara negativamente en las enfermedades más tardías, como el alzheimer.
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