La vida en una familia ampliada a varias generaciones ciertamente presenta dificultades, pero contiene una gran riqueza: todos experimentan día a día la diversidad de exigencias y recursos, ejercitan el equilibrio entre derechos y deberes compartidos, y descubren en sí mismos y en los demás aspectos nuevos del carácter.
Cuando las condiciones lo permiten (a veces lo exigen), abrir el espacio doméstico al abuelo, a la abuela o a otros parientes que lo necesiten es un gran avance de la pequeña comunidad formada por padres e hijos. Es un signo de madurez y libertad, pues sólo quien posee una riqueza puede ofrecerla y sólo quien está seguro de sus valores puede evitar quedar paralizado por el miedo.
Hay muchas familias que dan testimonio de una vida plena debida a una experiencia, a veces larga, de acogida a familiares necesitados de cuidado y afecto. Esa vida es una dote de auténtica humanidad que se vuelca sobre las nuevas generaciones. Han prestado ese servicio durante meses o años, recurriendo también a estructuras sanitarias especializadas, o a personas que les ayudan en casa, a fin de tener también tiempo para descansar. Y cuando inevitablemente la experiencia concluyó, les quedó un recuerdo dulce y agradecido por todos esos días entretejidos de miedos y esperanzas, como suspendidos entre el cielo y la tierra.
Otras familias no han tenido tiempo ni espacio adecuado, pero han cuidado de sus seres queridos a distancia, asegurándose siempre de que nos les faltase nada, sobre todo en términos de calidad de vida. Con frecuencia los visitan, quizás organizando turnos con otros familiares. También esta solución permite la dinámica creativa de dar algo de uno mismo y recibir algo del otro. Lo importante es no encerrarse en ese pequeño horizonte formado de programas rígidos, y dejarse provocar por los imprevistos que siempre van de la mano del amor.
Desde fuera no se puede dar un consejo, si no es apelando a vuestra capacidad para evaluar la situación, teniendo en cuenta las indicaciones médicas y los aspectos logísticos, y sobre todo apelando equilibradamente a la disponibilidad que cada uno podrá tener en esta nueva etapa de vuestro camino.