Según la Organización Internacional para las Migraciones, en los siete primeros meses de este año más de 245.000 personas cruzaron el Mediterráneo, de las cuales más de 3.000 perdieron la vida en el intento. Muy cínico habría que ser para no dejarse interpelar por este drama que choca contra nuestra impotencia y escapa a la comprensión del sentido común.

 

Por eso hay que aplaudir el esfuerzo de los que velan por estas personas. Tal es el caso de la misión Eunavfor-Med-Sophiadis, un dispositivo puesto en marcha por la Unión Europea para combatir el tráfico ilegal de personas en la que participa la fragata de la armada española Reina Sofía, que en solo dos meses rescató a 2.295 personas.

 

Por su parte, en lo que va de año la Guardia Civil, que colabora en la Operación Tritón de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex), ha salvado a más de 4.400 personas. Y no menos relevante es la labor en aguas españolas de Salvamento Marítimo (en la foto), organismo dependiente del Ministerio de Fomento, que socorrió a 5.274 migrantes en 2014 y a otros 4.232 en 2015.

 

Cuántas más vidas se perderían sin la intervención de estos profesionales, así como la de los voluntarios de organizaciones no gubernamentales como Médicos sin Fronteras o la catalana Proactiva Open Arms.

Félix Mercado