El Papa Francisco escribe en su encíclica Laudato si’: «Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo». Son los pequeños gestos diarios los más eficaces y beneficiosos para el medio ambiente.
Inmersos en un cambio de actitud, muchos nos hemos sorprendido alguna vez a nosotros mismos interpretando a Hamlet delante del cubo de la basura. Mirando fijamente a la ya relamida tapa del yogur, nos hemos preguntado: «¿Contenedor amarillo o no? He aquí la cuestión».
Las dudas sobre qué elementos de desecho debemos depositar en uno u otro contenedor son más frecuentes de lo que creemos, por lo que he pensado que podemos despejar juntos algunas de ellas repasando una lista de los residuos más comunes para no equivocarnos más.