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Guerra especulativa por el precio del petróleo

Alberto Ferrucci

El tira y afloja entre Arabia Saudita y Estados Unidos por la producción de crudo ha provocado una bajada del precio del petróleo.


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Los medios de comunicación nos van ilustrando cada vez un aspecto distinto del mundo y de la sociedad: los bancos, el terrorismo, los refugiados, el papa, el paro, Europa, la corrupción, China, Rusia, Turquía, el Daesh, Siria, el clima, los tifones, la contaminación, la sequía, las inundaciones... Como en las novelas cuyos capítulos van tratando sucesivos temas que parecen no tener relación pero al final configuran una única historia, todos esos aspectos acaban configurando nuestro futuro.

Entre estos aparece con frecuencia el petróleo, que cada vez se usa menos para producir energía, pero cuyo consumo va en aumento: ya hemos llegado a 95 millones de barriles al día. Y su producción sigue aumentando, gracias también a la técnica de la «fractura hidráulica» (fracking), utilizada ampliamente en los Estados Unidos, que en teoría debería haberse interrumpido por los bajos precios. El caso es que estamos en los 96,3 millones de barriles diarios y seguirá aumentando, ahora que han cesado las sanciones contra Irán.

 

Los sauditas habían mantenido alta la producción justo para que cayese el precio por debajo del coste del petróleo que se obtiene de la fractura hidráulica, tasado en 70 dólares el barril. No habían tenido en cuenta la pericia de los americanos, que utilizan al máximo su maquinaria perforando también en horizontal y en varias direcciones, y volviendo a desmenuzar la roca cuando la producción disminuye, consiguiendo con ello bajar el coste hasta 20 dólares el barril.

 

Con sus reservas financieras y con los ingresos por el petróleo a 60 dólares el barril, los sauditas creían poder mantener una guerra comercial durante cuatro años, pero con el petróleo a 30 dólares se están ahogando en deudas, junto con Rusia, Nigeria y Venezuela, y ahora se dan cuenta de lo insensato que ha sido producir ese excedente que ha hecho descender el precio hasta ese nivel.

 

No hace mucho circuló el rumor de que Rusia y Arabia Saudita, de común acuerdo, iban a reducir la producción en un 5%, y el precio del petróleo se disparó un 10%, aumentando los ingresos conjuntos de los países productores en 300 millones de dólares al día. El rumor resultó ser falso y el precio volvió a bajar, pero es de suponer que el aumento de las deudas acabará por hacer que prevalezca el interés común por encima de las rivalidades que impiden cooperar a los países productores.

 

Es previsible que el precio actual se duplique, entre otras cosas porque disminuirá la distancia entre producción y consumo debido al aumento del consumo en India y otros países asiáticos. Será una carga más para los países en vías de desarrollo que no tienen este recurso natural, así como para Europa, si bien para esta supondrá una doble ventaja: finalmente Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, conseguirá su 2% de inflación, habrá una recuperación en la venta de bienes de lujo y, sobre todo, se evitará un deterioro de la paz social en los países productores debido a la falta de recursos que obligue a sus habitantes a emigrar en busca de una mejor calidad de vida. 





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