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El poder de la Alhambra

Clara Arahuetes

Granada - Palacio de Carlos V Hasta el 30 de marzo
La exposición «Arte y culturas de al-Andalus. El poder de la Alhambra» forma parte de las actividades que conmemoran el Milenio del Reino de Granada (1013-2013). Un viaje a la cultura que se originó en Granada desde el siglo XI al XV y que llega hasta nuestros días. Las obras expuestas muestran la importancia y riqueza de la cultura andalusí. La Alhambra, testigo del paso del tiempo, es la protagonista de la exposición, símbolo histórico del último emirato árabe en la península y referente cultural hasta nuestros días. El conjunto monumental, donde se concentran siglos de evolución estética, es ejemplo de la aportación del arte islámico a la civilización. En 1984 la UNESCO le otorgó el título de Patrimonio de la Humanidad. El recorrido se inicia con la independencia de Granada del califato de Córdoba en el 1013 y termina con el ocaso del reino nazarí en 1492. Un audiovisual da vida a los diez personajes de la pintura de la bóveda de la sala de los Reyes del Jardín Feliz (Palacio de los Leones), que se levantan de su sesión palatina y nos invitan a acompañarles en la celebración del Primer Milenio del Reino de Granada visitando la exposición. En ella vemos la indumentaria de Boabdil, último rey de Granada, decorada con motivos geométricos y vegetales, además del lema dinástico nazarí. La muestra se divide en siete secciones: Desde el Milenio: Miradas de al-Andalus, Sociedades y culturas, Granada andalusí, Diwan de las artes, Documentos árabes granadinos, El poder de la Alhambra y su influencia, Recorriendo la Alhambra y el Generalife. Durante los reinos de taifas, las artes a la vez que siguieron la herencia del califato de Córdoba, buscaron nuevas formas estilísticas. Se reutilizaron columnas, capiteles y otros elementos en palacios, baños y mezquitas. Vemos algunas de estas piezas procedentes de las taifas de Toledo, Badajoz y de la Aljafería de Zaragoza. Y otras que testifican las relaciones entre cristianos y musulmanes, como la dalmática de don Rodrigo Ximenez de Rada (1170-1241). También se muestra la evolución de al-Andalus a través de las relaciones entre las diversas culturas: islámica, judía y cristiana. Los objetos hablan de los habitantes andalusíes, sus actividades culturales y sociales. Un ejemplo son las llaves de la ciudad de Sevilla, que –se dice– fueron entregadas por judíos y musulmanes a Fernando III cuando tomó Sevilla en 1248. Otro apartado está dedicado a Granada. En él asistimos a la evolución urbanística de la ciudad desde la creación del taifa bereber de los ziríes hasta la conquista de los Reyes Católicos. Esta sala recrea con un audiovisual el Cuarto Real de Santo Domingo, palacio nazarí del siglo XIII, situado en la muralla del barrio de Alfareros y la Mequita Mayor granadina y su entorno desde el siglo XI al XVIII. La importancia de las expresiones artísticas se manifiesta en el Diwan de las artes, con una selección de objetos de lujo que se utilizaron en las distintas cortes y como regalos en los intercambios diplomáticos. En paralelo vemos objetos de uso cotidiano: piezas de cerámica, madera, marfil, textiles, yesos, vidrio, mármol... No podían faltar los documentos árabes y cristianos, escritos por destacados literatos, que sobresalían por su estilo y por su habilidad en esta materia. Fue muy importante la Cancillería granadina encargada de la correspondencia diplomática de los monarcas nazaríes. En cuanto al poder de la Alhambra y su influencia se subrayan no sólo los valores políticos o militares que tuvo la ciudad palatina, sino que además se resalta su importancia para la cultura. Es apreciada desde su conquista por los Reyes Católicos, y los sucesivos monarcas cristianos sienten admiración hacia un pasado del que se consideran herederos. Las referencias a la ciudad y a la Alhambra se suceden a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII. Estas imágenes se multiplicaron en la Ilustración y en el Romanticismo con su fase orientalista. Así se va gestando un mito que está presente en la literatura, en los relatos de viajeros y en los artistas que recorren el territorio granadino. La Alhambra se convierte en la puerta de Oriente, lugar de inicio o final del viaje, que reflejan en relatos imaginados, novelas, cartas, dibujos y lienzos con historias del pasado y temas costumbristas. Se muestran imágenes del monumento en grabados, pinturas, placas fotográficas y en el cine. La visita a la exposición se completa con el recorrido por la Alhambra y el Generalife. Clara Arahuetes clara.arahuetes@telefonica.net



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