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articulo

Fisuras

Clara Arahuetes

Exposición
Cuánta necesidad tenemos a veces de parar, de alejarnos de lo que nos rodea, de encontrar el silencio interior para comprender hacia dónde vamos y cuál es el sentido de lo que hacemos. La exposición de Ignacio Llamas en el Patio Herreriano de Valladolid nos propone con sus obras un viaje interior y nos da la posibilidad de detenernos. –Lo primero que llama la atención es el título de la exposición, «Fisuras». –Mi trabajo se va centrando cada vez más en asumir el dolor. Utilizo los espacios arquitectónicos como metáfora de esa búsqueda interior, una mirada interior donde encuentras muchas cosas que te gustan, que son luminosas, pero otras que no lo son, como nuestros traumas, miedos, errores, en fin, todo lo negativo. Y esto ha ido apareciendo cada vez más en mi obra con algunos elementos que disturban o ensucian el espacio, pero a la vez mi intención es que a través de la luz, se positiven todas estas cosas, porque son elementos que nos construyen como personas. «Fisuras» hace referencia a esos dolores interiores, a pequeñas grietas que muchas veces no son grandes dolores, pero que hay que asumir. La muestra se desarrolla en tres series de obras: Cercar el silencio, Refugios del Misterio y Desolaciones. El artista indaga, investiga hasta encontrar nuevos modos de expresión, que se expresan por medio de la fotografía en la serie Cercar el silencio. La obra fotográfica se despega del muro, dialoga con el espacio donde se expone, y éste se convierte en parte integrante de la propia exposición. El artista juega con la sala expositiva: una puerta entreabierta, una escalera que se pierde en la oscuridad parecen haber salido de la propia obra convirtiéndose en una especie de trampantojo para la mirada del espectador. -¿Cercar el silencio para hacer el vacío dentro? –Digamos que la idea es que a través del silencio te encuentras contigo mismo, con la parte de trascendencia que hay dentro de ti. Sin ese silencio interior no es posible. Mi propuesta al espectador es esta búsqueda interior, acallar los ruidos externos con los que venimos a la exposición, y durante el tiempo que quieras estar, hacer este recorrido más interior, que la sociedad actual casi no te permite hacer. -Vemos, sin embargo, que el sonido es parte integrante de la exposición… –Es un sonido que construye, una atmósfera que te ayuda a encontrar este silencio. A lo mejor es paradójico, pero yo lo creo así. Un sonido que a la vez que te envuelve, termina de modular y cerrar toda la exposición, a nivel sensorial, visual, de recorrido táctil. Te prepara para este recorrido interior, ayuda a los sentidos, la sensación de intimidad, de poca luz… Son sonidos que no son música. En un momento dado vienen en evidencia, pero luego te permiten una relación con la obra y no te disturban. –Nos propones imágenes en las que la luz es protagonista, la luz como elemento que construye, matizada por las sombras. –Mi trabajo es sobre todo espacio y luz, a nivel físico, a nivel material, y a nivel conceptual. A todos los niveles es importante la luz. Nos hace percibir una doble lectura. Por un lado, como imagen de lo positivo que hay en nuestro interior, y por otro, como elemento transformador de todas las realidades dolorosas que llevamos dentro. La idea es trabajar con cosas inmateriales: el espacio, el sonido, la luz… –Otra de las series es Refugios del Misterio. –Toda la sala se convierte en una pieza, está el bosque de cajas con el bosque de árboles al fondo. Los árboles vuelven a aparecer después de mucho tiempo como instalación. –En las cajas una pequeña abertura nos invita a mirar dentro. Espacios donde descubrimos una maleta, una silla que invita a quedarse, una puerta entreabierta…pero donde no vemos ninguna presencia humana. –Desde hace mucho tiempo el ser humano no está presente físicamente en mi obra, pero lo está de una forma distinta, porque la intención es que el espectador sea el protagonista de la obra. Es él el que es llamado a recorrer estos lugares, los espacios vacíos, a sentarse en la silla para meditar. Al mismo tiempo que hace este recorrido que no es físico, sino visual, también hace un recorrido interior, toma conciencia de su interior. Yo no creo que no esté presente, en realidad es una obra centrada en el ser humano. La figura humana está a través del espectador, de su mirada y su percepción. –¿La maleta es metáfora de este viaje interior? –Por un lado indica el viaje interior que hace el espectador a través de estos espacios, entrar, sentarse en el interior, ser inundado por la luz, y que le permite este recorrido, este proceso de contemplación, meditación; y por otro lado hace referencia al viaje de la vida. Al viaje que todos hacemos de la vida a la muerte. El sonido total de la sala se origina por la acumulación del sonido de las distintas piezas. Las campanas, la flauta japonesa… sonidos de ritual. En estas piezas el sonido no tiene la función de generar el ambiente, sino de poner en evidencia la parte espiritual del recorrido. Este recorrido interior, esta espiritualización se hace más evidente a través del sonido. En este viaje interior encontramos realidades positivas y negativas dentro de nosotros. El artista muestra en la serie Desolaciones cómo asumir el dolor, la angustia, nuestras propias miserias, se puede transformar en algo positivo. Son piezas abiertas que muestran espacios abandonados, medio en ruinas, en los que la luz sigue siendo protagonista. –¿Tu obra quiere transmitir la trascendencia de la creación artística? –Más que la trascendencia de la creación artística, la del ser humano. Las semillas de trascendencia que hay en nosotros, y que cada uno puede descubrir. Clara Arahuetes clara.arahuetes@telefonica.net



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