«Puesto que Tú lo dices, echaré las redes!» (Lc 5, 5)
«Puesto que Tú lo dices, echaré las redes!» (Lc 5, 5)1
Apenas Jesús acabó de enseñar, sentado en la barca de Simón, le dijo a él y a sus compañeros que echaran las redes al mar; y Simón, a pesar de afirmar que habían estado bregando en vano toda la noche, añadió: «Puesto que Tú lo dices, echaré las redes».
Y echándolas, se llenaron de tantos peces que se rompían. Entonces, vinieron otros compañeros a ayudarle y también ellos llenaron las barcas, hasta tal punto que casi se hundían. Simón, muy sorprendido, como lo estaban Santiago y Juan, sus compañeros, se lanzó entonces a los pies de Jesús, pidiéndole que se alejara de él, que era un pecador. Pero Jesús le dijo que no temiera: desde aquel momento sería pescador de hombres. Y desde aquel instante, Simón, Santiago y Juan se convirtieron en sus discípulos.